Los ingobernables

Ana María Rodríguez
3 min readAug 14, 2020

La historia reciente de la humanidad se ha visto marcada por grupos de personas que a través de movimientos sociales han convulsionado nuestra forma de ver la vida y han generado cambios radicales y positivos en el mundo. El Movimiento por los Derechos Civiles, el Movimiento Sufragista o el Movimiento Ambiental, son claros ejemplos de cómo una sociedad organizada que busca un objetivo sólido y justo puede romper esquemas.

Hablar sobre este tipo de movimientos es asumir que el entorno en el que se desarrollan ha alcanzado la madurez suficiente para alinear sus estrategias hacia un objetivo y luchar hasta conseguirlo; sin embargo, la madurez se obtiene luego de un proceso sistemático que lleva tiempo.

Así como un ser humano para llegar a un completo desarrollo atraviesa múltiples etapas que están marcadas en algunos casos por períodos de crisis, como los “terribles dos años” en los niños o la “edad del asno” en la adolescencia, la sociedad está atravesando uno de sus períodos de crisis como parte de su proceso de desarrollo para llegar a la madurez, al que nombraré como “la era de los ingobernables”.

Pero, ¿Qué o quienes son los ingobernables?

  • Son los anarquistas, que no quieren que el Estado desaparezca.
  • Son los socialistas que quieren enriquecimiento privado, y los capitalistas que quieren políticas sociales.
  • Son los defensores de la libertad de expresión que opinan sobre lo que desean sin tapujos, pero cuando cuando son ellos quienes reciben críticas piden censura.
  • Son los que piden pena de muerte para los criminales y al mismo tiempo reclaman si un policía golpea a un ladrón en delito flagrante.
  • Son los mediocres en sus trabajos, que cuando son despedidos satanizan a su empleador.
  • Son los que critican todos los problemas, pero no contribuyen a ninguna solución.
  • Son los que se quejan por todo pero que no hacen nada.
  • Son los que simplemente, no saben ni lo que quieren ni lo que defienden y actúan apegándose a lo primero que hayan leído en el feed de redes sociales.

En resumen, los ingobernables son como el perro del hortelano, que no come ni deja comer. (Lope de Vega)

¿Por qué existen los ingobernables?

Cansancio social, problemas con las figuras de autoridad, necesidad de llamar la atención, sentimientos de incomprensión, falta de motivación o rebeldía sin causa aparente, son algunas de las razones que, sin poseer estudios en psicología, se pueden intuir.

Si nos gustan las teorías conspirativas, los ingobernables pueden ser consecuencia de doctrinas sembradas por políticos desestabilizadores, estrategias divisorias para evitar organización y generar caos, falta de un líder y hasta incluso ignorancia y falta de educación.

El impacto de una sociedad dividida y cuya inconformidad es absoluta va más alla de lo que podamos imaginar. En una organización, las personas inconformes o “ingobernables” esparcen negatividad y se convierten en cargas que contraen el desarrollo y mejoramiento en todos los sentidos de quienes están a su alrededor. Sin embargo, este impacto no se compara al que se genera en la política al momento de elegir representantes, lo cual se ha palpado en las últimas décadas en América Latina.

Entonces, ¿Cuál es la solución?

Aunque habrían decenas de ideas no se puede converger solamente hacia una, y aunque no hay una respuesta específica a la pregunta, al menos hay un camino para llegar a la meta y es sencillo: “No ser ingobernable”

  • Mantén valores e ideologías firmes que estén alineadas hacia acciones positivas.
  • Por cada crítica, propón una solución alternativa que este a tu alcance y que la puedas gestionar.
  • Si vas a debatir, informate y estudia previamente.
  • Evita decir y hacer algo que serías incapaz de hacerte a ti mismo. Si no te gustaría que te linchen mediáticamente, no lo hagas con alguien más.
  • Practica el respeto.
  • Si sobre un tema no tienes nada bueno que decir, has la crítica como una retroalimentación positiva.
  • Si vas a criticar tu trabajo, renuncia y hazlo desde fuera, nunca desde adentro.

Si las soluciones están fuera de tus manos tienes solo dos opciones: Tomar partido y gestionarlo o no opinar. No puedes opinar y no ser parte del cambio.

Finalmente, el mundo está lleno de energía negativa que se multiplica diariamente, se agradecido y positivo porque ingobernables hay demasiados.

“Nuestro principal propósito en esta vida es ayudar a otros. Y si no puedes ayudarles, al menos no les hagas daño — Dalai Lama”

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Ana María Rodríguez

“When once you have tasted flight, you will forever walk the earth with your eyes turned skyward”